Hoy es un día muy especial para el pueblo puertorriqueño. Celebramos el Día de la Epifanía; es la fiesta cuando llegan los magos provenientes de oriente a adorar al niño Jesús, que había nacido en un portal en la ciudad de Belén. Las escrituras nos hablan de tres magos que, viendo una estrella, muy luminosa en el cielo, era muestra de que las profecías de que el hijo de Dios había nacido, se habían cumplido.
Lo celebramos el 6 de enero. Y desde el día 5 de enero, las festividades en todo Puerto Rico son únicas. Desde desfiles de los Tres Santos Reyes en los municipios repartiendo regalos, hasta los velorios de reyes en la tradición puertorriqueña, y las promesas de reyes. Sobre este último se destacan varios alrededor de la Isla. Las promesas de reyes son aquellas donde se pagan mediante promesas a los reyes, bien sean por salud, a algún bien material. Muchas familias puertorriqueñas conservan esa tradición que vienen de sus atepasados. Les puedo contar en la ciudad de Guayama varias que conozco: entre estas la familia Rodríguez en el barrio Corazón que han continuado con una tradición ya casi centenaria; y la otra, la realizada por la familia Pomales en la Urb. Hacienda, donde en ambos casos, se celebra la noche del 5 de enero en pago a un favor o concesión por medio de la intercesión de los reyes.
Es interesante estas promesas, ya que en las mismas se cantan o rezan los rosarios o hay trovadores cantando música alusiva a la festividad de los reyes. Esta tradición también la podemos notar muy arraigado en las montañas de Puerto Rico. Esa noche los invitados a la fiesta comen, beben y disfrutan en buena camaradería, que es parte de la idiosincracia puertorriqueña.
¡Que viva la tradición de los Reyes Magos en nuestra isla de Puerto Rico! Al son del güiro, cuatro, pandereta y guitarra. Son la tradiciones de mi tierra borincana.
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