Mañana martes, 8 de noviembre de 2016, los puertorriqueños nos dirigimos hacia nuestro compromiso con las urnas electorales. Estas elecciones son, a mi juicio, las más importantes en los últimos 25 años. Ahí se decide el rumbo que tomará Puerto Rico en los próximos años.
Hay un nuevo jugador en el escenario que hace 25 años no hubiésemos imaginado que estaría en el mismo. Como sabemos, el Congreso de los Estados Unidos, aprobó la llamada ley PROMESA, o la que creó la Junta de Control Fiscal, para atender los asuntos de la deuda pública de Puerto Rico. Ese jugador ya está en la mesa; el mismo, no fue invitado, sino más bien, impuesto. Esa Junta, vendría siendo la agencia de cobro encargada de hacer valer los pagos a los que una vez prestaron su dinero al Pueblo de Puerto Rico. Nadie se ha negado a pagar la deuda, todo lo contrario, se ha puesto sobre la mesa opciones para esos pagos. Sin embargo, los bonistas y especuladores, quieren que se les pague y ya, no importa el costo social que eso implique.
Mañana el Pueblo de Puerto Rico, tendrá en sus manos la persona idónea que vaya a defender los intereses del país; que ponga al país "por encima de todo", como decía el presidente del Senado, Antonio R. Barceló, en los tiempos en que presidió dicho cuerpo legislativo. Puerto Rico tiene que decidir, si esa persona a quien se le encomendará los destinos del país se entrega a los bonistas y a la Junta, o si esa persona de verdad defiende los intereses de la gente de a pie, como decimos en el argot pueblerino.
En la papeleta están seis candidatos. Todas personas buenas e intencionadas con el país. Sin embargo, nuestra realidad política, es que de esos seis, solo dos tienen opciones reales de llegar a la Fortaleza. Estos son: el Dr. David Bernier y el Dr. Ricardo Rosselló. Los otros cuatro no tienen opciones de triunfo. De eso se trata esta elección. De esos cuatro, dos son candidatos llamados "independientes", uno de estos ha sido un empresario que tal vez ha sido bonista y buscará la forma de recobrar lo que ha invertido, tal vez ese sea su interés; la otra candidata independiente, ha dicho tantas cosas que a veces raya en lo absurdo, y nadie sabe con certeza lo que ha dicho. Es más, su campaña ha sido en más en las llamadas "redes sociales" que en el contacto directo con la gente, desconoce el palpitar de un pueblo, desconoce como viven y como actúa la gente, porque se ha dedicado a decir nada que sea útil para el país. Con apretar un botón basta, en días pasados se dedicó a respaldar a una retrahila de candidatos por acumulación en Cámara y Senado, a sabiendas que se vota solo por un candidato en los precintos electorales. Así no se hace buena política y no se orienta a nadie. Esa candidata ha dicho que privatizará la UPR, despedirá empleados públicos, y otras cosas absurdas; quiere legalizar la marihuana porque, según élla, "generaría dinero al erario". Además, si el pueblo se volviera loco mañana, no tendría quien le implemente sus medidas legislativas, porque no tendría ningún apoyo en la Asamblea Legislativa ni en las alcaldía, sería un país a la deriva. Un absurdo total. Ni cree en Dios, ha dicho. Los otros dos candidatos sin posibilidades de éxito, son de dos partidos nobles, que nacieron del corazón de una gente buena, que buscan, desde sus ópticas, lo mejor para Puerto Rico, pero no tienen ninguna oportunidad.
Mañana está en juego como mencioné más arriba quien está más capacitado para gobernar al país. De esos dos, el Dr. Bernier o el Dr. Rosselló. Estableceré los asuntos del segundo en primer término. El Dr. Rosselló, es hijo del Dr. Pedro Rosselló, quien gobernó a Puerto Rico de 1993 a 2000. Ese gobierno que dirigió su padre, es pasado y el pueblo lo adjudicó en su momento. Sin embargo, el hijo no es igual al padre. Su padre antes de ser Gobernador, fue funcionario público dirigiendo el sistema de salud de la Capital, y había sido candidato a Comisionado Residente por su partido. Ahora bien, el hijo Rosselló, hasta el momento, no ha tenido un desempeño en un cargo que uno pueda observar sus aciertos y deshaciertos. Ni en la empresa privada ni en la pública. Como profesor universitario, no ha dirigido ni un departamento académico, ni ha tenido una publicación en su área de especialidad que sea visible al público, y criticado por el público, solamente en revistas académicas a los que llega, a una clase en particular. Propone solamente la estadidad como el remedio para solucionar los problemas de Puerto Rico. De eso se pasa hablando cada vez que tiene un micrófono en mano. De estadidad, de estadidad, de estadidad y de estadidad. Ya han pasado 117 años y la estadidad no llega. Gente honorable y noble desde José Celso Barbosa, Federico Degetau, Rafael Martínez Nadal, Leopoldo Figueroa, Miguel Angel García Méndez, Luis A. Ferré, Carlos Romero Barceló, Pedro Rosselló y Luis Fortuño, han tratado de vender la estadidad al país y no han tenido éxito. ¿Podemos de verdad creer que Rosselló, el joven, traerá la estadidad en cuatro años? Quien piense así se equivoca y se ilusiona. Más de cinco generaciones han tratado y nada pasa en el Congreso.
Rosselló, el joven, sigue hablando de estadidad y no ofrece una solución real al país de desarrollo económico para que nuestra economía vuelva a resurgir, después que su padre y su gente atacaran y entregaran inmisericordemente la sección 936 del Código de Rentas Internas de los Estados Unidos, que generaba riquezas al país, empleos y una buena vida y, de la cual, los Estados Unidos también se beneficiaba. Por eso el país está como está. Rosselló, el joven, y lo llamo así para diferenciar de su padre- como en los tiempos de la antigua Roma que a Catón, el viejo, censor, militar y distinguido defensor de los valores romanos en los tiempos de la República se le diferenciaba de Catón el joven, su biznieto, quien fue un inescrupuloso fanático en el Senado romano- no tiene ningún tipo de experiencia laboral que se pueda evidenciar su paso por algo en la vida. Quiere llegar a ser Gobernador sin haber pasado por una experiencia de trabajo y demostrar liderato y entereza de carácter. Se muestra, al igual que Catón el joven, un fanatismo ideológico al extremo. Y eso sí que es perjudicial al país. No se le escucha decir nada sobre buena gobernanza, ni mucho menos, la búsqueda de consenso para sacar al país del problema de la deuda pública que mantiene. Solo su fijación es ideológica y llega al fanatismo extremo. Además, y lo ha demostrado sus palabras, quiere achicar el gobierno que significa encarecer los servicios públicos a lo que cueste, solo para pagar la deuda pública. La UPR ni se diga, hará lo que sea para que nuestro primer centro docente quede desmantelado, solo para pagar la deuda y cumplir así con los que le financian su campaña política. Las corporaciones públicas, como el Fondo del Seguro del Estado, sería cosa del pasado, entregarlo a los intereses privados. Ese es Rosselló, el joven. Aristósteles, un griego de corazón, en el siglo IV antes de Cristo, advertía en uno de sus libros de La Política, que el gobierno de una ciudad debe ser dirigido por una persona que tenga la experiencia y la capacidad, que se haya preparado para ejercer un servicio público distinguido a la ciudad, en este caso al país.
La estadidad no está en la papeleta, ni mucho menos, ninguna otra opción de status. Aquel que diga que si en estos cuatro años no se movió nada del status porque fueron "cobardes" los que están en el poder, se convertirán en cómplices de lo que pase en Puerto Rico en los próximos cuatro años de prevalecer, no solamente lo absurdo, sino la masacre a lo que somos como pueblo. De estos que piensan así, el no tomar la decisión correcta mañana.
El único candidato que a mi juicio cumple con el país- y si ponemos en práctica lo que nos dice Aristóteles en su libro IV de La Política-, es el Dr. David Bernier Rivera.
Conozco a David desde que él era un niño. Lo vi crecer junto a nosotros en mi querido Patillas, en San Benito, pueblo del sureste de Puerto Rico, de gente sencilla, humilde, de trabajadores, de picadores de caña, de agricultores; de ganaderos, de excelentes maestros de escuela pública, pueblo que ha tenido a gente ilustre como mi padre, que dieron lo mejor de si para el país.
David, nos propone una Nueva Mayoría. Una Nueva Mayoría sin fanatismo ideológico, sin prejuicio contra nadie; David, y esto me consta, en sus trabajos en el servicio público y en la empresa privada, ha puesto en práctica lo que predica. Ese es David Bernier. Un joven deportista, sano, respetuoso con el otro, de consenso, un diplomático de verdad. Todo un hombre de estado.
En esa Nueva Mayoría yo me apunto, y te invito a que te unas. El único que tiene a nuestros pensionados en su mente; el único que puede y tiene la capacidad de defender el servicio público; el único que puede lograr consensos en el país, el único que tiene a nuestra Universidad de Puerto Rico en su corazón, porque la vivió y la conoce; David, nos ha presentado el camino para redirigir nuestra economía con la búsqueda de la Sección 245- A; Rosselló, el joven, no nos ha presentado el camino de la recuperación económica, solo la estadidad como la gran panacea.
Demos esa oportunidad a la Nueva Mayoría. De eso se trata esta elección.
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