Imagen de san Antonio de Padua. Ciudad de Assisi, Italia. (2019) |
San Antonio de Padua,
es uno de los Santos más venerado en el mundo entero. Se le conoció por sus homilías y también por
su destacada labor en la educación de los frailes franciscanos. De hecho, san Antonio, conoció a san
Francisco de Asís en 1221 y, posteriormente, fue enviado por éste a distintas
misiones. La imagen más reconocida de
san Antonio de Padua es quizá, la que está con el niño Jesús en sus brazos, y
que, según cuenta la tradición, se le apareció mientras rezaba en su
habitación.
Este Santo de nuestra
iglesia realizó obras milagrosas, y fue misionero franciscano en algunas
ciudades de la región de la Rogmania en Italia.
En
casi todos los países del mundo, pero en especial nuestra América Latina y el
Caribe, san Antonio de Padua está presente.
Es por ello que se le rinde homenaje el día de su pascua el 13 de junio
de 1231.
En
nuestra Isla, san Antonio de Padua es patrono de varios municipios. Ciudades como Dorado, Isabela, Ceiba, entre
otros; pero, que también, aunque no sea el patrono de la ciudad, existen
capillas que honran su nombre en barrios y sectores de la Isla.
Guayama,
honra como su patrón a san Antonio de Padua desde tiempos remotos. Esta ciudad fue fundada el 29 de enero de
1736, por autorización del gobernador, Matías de Abadía. Pero hay un elemento interesante, que no podemos
pasar por alto, y es que para 1736 el obispo de Puerto Rico lo era Sebastián
Lorenzo Pizarro. Según se cuenta, la
ciudad de Guayama fue fundada, precisamente bajo la advocación de san Antonio
de Padua. De hecho, al parecer se
estableció su parroquia desde entonces de manera oficial en ese año de 1736;
aunque debo señalar que en el barrio de Arroyo perteneciente a Guayama había
una ermita, pero que no se tiene constancia de la advocación de esta.
En
una isla donde su población en los primeros tres siglos de existencia estaba
desparramada por las montañas, valles y las costas, era menester que se
establecieran parroquias para atender lo que llamaban como el “pasto
espiritual”. Por eso se edifican templos
y se fundan pueblos entre los siglos XVIII y XIX.
Ahora
bien, la advocación a san Antonio de Padua nos viene aquí en Guayama,
posiblemente desde mucho antes del siglo XVIII.
De hecho, en el Sínodo de 1647, el obispo Fray Damián López de Haro,
señalaba que “los vecinos en el valle de Guayama se extienden por la costa del
mar del Sur hasta Guayama, unos a legua y otros a dos y tres y cuatro y algunos
a seis, como lo son de dicho Guayama.”
Una de las parroquias o iglesia constituidas en ese periodo lo fue la de
Guayama. También, debemos destacar en
esta narración que el cronista de finales del siglo XVIII, Fernando Miyares
González, nos ubica a Guayama teniendo su propia parroquia.
Dicho
esto, el primer documento que refleja el nombre del patrón de san Antonio de
Padua en la ciudad de Guayama, lo encontramos en una memoria escrita por José
Antonio Vázquez, rico hacendado, terrateniente y dueño de la Hacienda La
Tuna y Alcalde de Guayama.
Este
en el año 1848 nos brindó unos detalles sobre la ciudad años más tarde del
pavoroso incendio de 1832 que arrasó el centro urbano de la ciudad. Es por ello que hoy ustedes ven una ciudad
planificada en cuadros y calles anchas.
Nos
dice en 1848 el alcalde Vázquez que, según la tradición que se contaba en la
ciudad, un día se encontraron una imagen de san Antonio de Padua en un terreno pantanoso
y que, según Vázquez, llevado a Coamo y a Machete (donde se pensó establecer
originalmente la población), volvió aparecer en aquel lugar pantanoso cerca de
un guayabo y que los vecinos entendieron que en ese terreno había que erigir el
templo que sería bajo la advocación de san Antonio de Padua, según relata el
alcalde Vázquez.
Sabemos
que el templo parroquial de la ciudad de Guayama comenzó su construcción en las
décadas posteriores al incendio de 1832 obra que fue terminada en 1873. Esto no los cuenta el alcalde Vázquez en su
relato. Sin embargo, en 1821 el francés
Augusto Pleé en un interesante dibujo del centro del pueblo, nos retrata una
vista de la plaza y de los edificios de gobierno, entre estos un templo con el
techo derrumbado.
La advocación a san Antonio de Padua aquí en
Guayama es inmensa, máxime cuando la ciudad cuenta con un templo parroquial de
primer orden, con una cúpula majestuosa que sirve de orientación en el centro
urbano, y que es observada por los visitantes desde distintos puntos de la
ciudad. San Antonio de Padua le
reconocemos en la ciudad como el “Patrono de la Ciudad de Guayama.”