miércoles, 25 de noviembre de 2015

El 25 de noviembre de 1897 (La Carta Autonómica)

Un día como hoy, el gobierno de la reina regente español, María Cristina, firmó los decretos para otorgar a Puerto Rico, un gobierno de corte autonómico. Comparto un artículo que publicara en la conmemoración del centenario de dicho documento en el año 1997. Reflexionemos sobre este acontecimiento de hace 118 años.

La Carta Autonómica de 1897: A cien años

Por: Alexis Oscar Tirado Rivera

A Cirilo Tirado, hijo; autonomista

por excelencia, quien hoy disfruta

sus luchas de hace diez años.

El 25 de noviembre de de 1897, fue concedida a la isla de Puerto Rico por Real Decreto, autorizando para la formación de un gobierno de carácter autonómico. Tardó cuatrocientos años para que finalmente se le reconociera a los isleños la facultad de gobernarse por si mismos, aunque en una relación política con la metrópolis. Si bien este Gobierno Autonómico duró poco, el mismo estatuto (la Carta Autonómica) vale la pena ser recordado a cien años de haberse otorgado.

Desde la elección del primer diputado a Cortes, Ramón Power y Giralt, los puertorriqueños vienen abogando por mayores libertades en su forma de gobierno. Esto lo vemos muy claramente en las instrucciones impartidas por los atuntamientos locales, como el de San Germán, que fue claro en señalar que si España perdía frente a Napoleón, la Isla quedaría libre e independiente. A pesar de que Power logró que se aprobara legislación de avanzada, en términos económicos en aquellas Cortes, su gestión por lograr otros reconocimientos políticos quedó troncada.

Los sube y baja tanto de la monarquía como de los liberales en España, entre 1813, 1833 y 1868, relegó a Puerto Rico a un segundo plano durante el siglo XIX, asunto no nuevo en las relaciones entre la metrópolis y sus colonias. Por ejemplo, en 1813 sube nuevamente el absolutista Fernando VII. Este abolió las Cortes y dejó en suspenso nuevas reformas para las posesiones de ultramar. En 1833, al morir el monarca, se desata en la península una nueva revuelta, cuyo resultado fue la instauración de la Constitución de 1812; pero Puerto Rico seguía sin representación política definida, y según la nueva Constitución (1833) se regiría por "leyes especiales", que nunca llegó, a pesar de que la península sufrió un nuevo cambio de gobierno y una nueva Constitución, la más liberal hasta ese momento.

Para 1870, comienzan a conocer los puertorriqueños el sistema de partidos políticos. Las dos tendencias que conocemos el Liberal y Conservador, entrarán en pugna por el resto del siglo, que irónicamente llega hasta nuestros días. El primero se le identifica como los promotores del cambio a base de una fórmula autonómica y el segundo abogará porque no haya cambio alguno, o sea, status quo.

No es hasta la década de 1890 que comienza la batalla por la reformas verdaderas que necesita el país. Luis Muñoz Rivera, será la figura central en todo el proceso de reformas en el gobierno local. Este se había convertido en el líder del Partido Autonomista, el cual buscaba reformas administrativas con autonomía, es decir, el Gobierno en manos de los puertorriqueños. Pero para poder llegar a ese autogobierno había que unirse a un partido español en forma de pacto, que garantizara las reformas. Esta idea, no fue del agrado de muchos en ese Partido, servirá para comprometer de verdad a España para conceder las reformas propias de gobierno. Con el estallido de la Guerra de Independencia en Cuba para 1895, era inminente que se concediera libertad política a los isleños. Muñoz Rivera, propuso unirse al Partido Liberal Monárquico, cuyo dirigente lo era Práxedes Mateo Sagasta, que se había comprometido en su programa con la autonomía antillana.

No fue hasta 1897 que el partido de Sagasta ascendió al poder, tras el asesinato del presidente de Gobierno, Antonio Cánovas del Castillo. Este último dirigía además el Partido Conservador. En agosto de ese año, Sagasta comienza a trabajar junto a su Consejo de Ministros en las reformas a otorgarse a Puerto Rico tras el pacto con Muñoz Rivera.

Como mencioné, el 25 de noviembre de 1897, se hizo realidad las verdaderas reformas al gobierno isleño. La Reina Regente, María Cristina, firmó el decreto de la "Constitución Autonómica para Puerto Rico". Aparte de firmar otros decretos, entre ellos el que extiende a Puerto Rico el Título 1ro de la Constitución (que concedía libertades) y la Ley Electoral de 1870.

Sagasta, en su discurso a la Regente, menciona las bondades del nuevo régimen, entre los cuales que esta Constitución Autonómica "... no es exótica, ni copiada, ni imitada; es una organización propia..." y que "... de suerte... mientras los representantes del pueblo insular gobiernan desde sus cámaras locales los intereses propios especiales de su país, otros elegidos por el mismo pueblo, asisten y cooperan en las Cortes en la formación de las leyes...". Con esa visión de otorgar ese gobierno propio es que se concede estas reformas administrativas y políticas.

Ahora bien, ¿qué concedió la Carta Autonómica a los puertorriqueños? Primero, otorgó una verdadera representación política con dos cámaras legislativas electas: la Cámara de Representantes y el Consejo de Administración. La Cámara era electa en su totalidad, mientras que el Consejo, de quince que componían, ocho eran electos; así que los puertorriqueños dominaban la Asamblea Legislativa. Para poder ser electo consejero, había que nacer en Puerto Rico o residir en ella cuatro años antes de su elección, a parte de tener una renta no menor de 4,000 pesos. Mientras los representantes se le exigía el primer requisito y el segundo se obvió.

Esta Asamblea Legislativa tenía facultades para: legislar y atender todos los asuntos coloniales. A saber: hacienda, presupuesto, agricultura, industria, comercio y obras públicas. Lo más importante de esta reforma es que se concedió la facultad de negociar tratados de comercio con otros países, aunque expresamente se daba la iniciativa tanto al Gobierno Local como al Central, esto aprobado por las Cortes (Artículo 37). Los Tratados de Comercio Internacional, donde no haya intervención del Gobierno Insular, se comunicará a este último para si desea o no unirse al mismo. Si es aceptado, entonces es ley (Artículo 38).

La función del Gobernador es ser el representante máximo del Reino español. Este atenderá los asuntos de España en la Isla. Sus poderes se limitará a hacer cumplir las leyes promulgadas por la Asamblea Legislativa de Puerto Rico. Gobernará con un Gabinete. Formarán ese Gabinete Autonómico los secretarios de Gobernación, Gracia y Justicia; Hacienda; Instrucción Pública; Obras Públicas y Comunicaciones y Agricultura, Comercio e Industria, todos de nueva creación. La Carta Autonómica le concedió amplios poderes a los gobiernos municipales isleños. A pesar de que ésta era la máxima expresión de autogobierno que podía alcanzar una colonia en relación con la metrópoli, la misma no pudo ponerse en vigar en toda su extensión en la Isla, debido a los acontecimientos de la guerra con los Estados Unidos que estalló en un mal momento para los puertorriqueños. En marzo de 1898 se procedió con la elección de la Asamblea Legislativa, obteniendo un triunfo amplio Luis Muñoz Rivera y su Partido Liberal Autonomista. Las cámaras apenas pudieron reunirse y el Gabinete no pudo llevar a cabo su gestión prescrita en la Constitución. La Isla cayó en manos estadounidense en julio 25 de 1898.

Para Puerto Rico no fue fácil desprenderse de una victoria política como significó la Carta Autonómica. El júbilo de aquel 25 de noviembre de 1897, hace cien años, duró poco. "A comenzar de nuevo", dijeron los puertorriqueños que el 18 de octubre de 1898 observaron bajar la bandera española y con ella el fin de la autonomía. La Carta Autonómica tiene un gran valor histórico. En aquella ocasión lograron mayores libertades políticas y económicas. Hoy se debe recoger aquellas gestas para definir con certeza las aspiraciones mayoritarias del país. La Carta Autonómica, a cien años de su instauración.

(El autor es estudiante del programa graduado de Historia en el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe en el Viejo San Juan.)

Artículo publicado en el periódico regional El Nuevo Impacto que circula en la ciudad de Guayama, Puerto Rico, en su edición de 26 de noviembre al 2 de diciembre de 1997.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El 23 de septiembre de 1868: El Grito de Lares, una gesta histórica

Obelisco conmemorativo Grito de Lares
Plaza de la Revolución Lares.
Foto del autor (2013)
Puerto Rico recuerda hoy la gesta de hace 150 años cuando puertorriqueños de distintas clases sociales, se levantaron en contra del gobierno español en la Isla. Fueron cientos quienes, la noche del 23 de septiembre de 1868, salieron de la hacienda de Manuel Rojas, en el barrio Pezuelas de Lares, a tomar las riendas del país.

¿Qué pasaba en Puerto Rico que provocó aquel acontecimiento que hoy recordamos? En primer lugar, el gobierno español había llamado a los puertorriqueños y cubanos a constituir en lo que se denominó como la Junta Informativa de Ultramar en 1865. Aquella Junta resultó en un fracaso. Los puertorriqueños que participaron de la Junta- entre ellos el abogado hormiguereño Segundo Ruiz Belvis- peticionaban reformas administrativas, además de la abolición de la esclavitud inmediata con o sin indemnización. Los cubanos querían reformas también, pero tenían sus reservas en cuanto a la abolición inmediata de la esclavitud.

Ante la negativa del gobierno español en atender los asuntos políticos de sus dos últimas colonias en América, la Junta se disuelve y los comisionados regresaron a Puerto Rico. Tan pronto Segundo Ruiz Belvis pisó tierra en la Isla, el gobernador de Puerto Rico, el general Marchessi, ordenó su arresto en unión a otros más, entre ellos el médico Ramón Emeterio Betances. El gobernador general los acusaba de ser los autores del motín de los artilleros de San Juan, quienes se habían amotinados en protesta por las malas condiciones de trabajo que mantenían en San Juan. A estos, no se les extendió los aumentos de sueldos que se les había otorgados a los militares en la península. Sin embargo, cabe destacar, que tanto Ruiz Belvis como Betances, no tuvieron nada que ver con dichos sucesos.

Betances como Ruiz Belvis, fueron desterrados de la Isla por el gobernador, y enviados a España. De hecho, el gobernador los había tachado de "conspiradores". En el trayecto, con la parada en la isla de Saint Thomas, ambos lograron burlar la vigilancia y salir rumbo a Santo Domingo y de allí a Nueva York. En esta última, se unieron a líderes cubanos, que habían formado la Sociedad Republicana de Cuba y Puerto Rico, a la cual se unieron tanto Betances, Ruiz Belvis, así como otro médico puertorriqueño que había sido desterrado de su país, José Francisco Basora. Estos denuncian las condiciones de los puertorriqueños, especialmente los de las clases jornaleras. Hay que recordar que el régimen español había impuesto el régimen de la libreta de jornaleros durante en el año de 1848, siendo un sistema opresor para el campesino puertorriqueño.

Templo Parroquial Católico de Lares. Foto del autor (2013).
Como parte de la ruta revolucionaria que desembocaría en Lares en septiembre de 1868, había que contar con apoyo. Segundo Ruiz Belvis, es enviado a Chile, con el propósito de procurar ese apoyo. Sin embargo, allí muere- al parecer por causas naturales-.

Posteriormente, Betances viajó a Santo Domingo y allí constituyó la Junta Revolucionaria de Puerto Rico, con la ayuda de amigos entre estos: Celis Aguilera, Carlos Elio Lacroix, Francisco José Basora, Mariano Ruiz Belvis y, bien interesante, el arzobispo de Santo Domingo, Fernando Arturo Meriño. El médico Betances, esperaba recibir la ayuda del gobierno dominicano, entre estas se encontraba el suministro de armas.

Ramón Emeterio Betances, circuló en noviembre de 1867 su proclama titulado: Diez Mandamientos de los hombres libres, donde exigía la abolición de la esclavitud, libertades de culto, de palabra, de imprenta; el derecho a votar los impuestos, entre otros derechos fundamentales del pueblo. Ese documento se le puede considerar como la base principal de las denuncias puertorriqueñas contra el régimen español.

A la formación de la junta revolucionaria en Santo Domingo y la proclama, le siguió la constitución de los comités revolucionarios locales en la Isla. Los comités constituidos y que- algunos de estos- participaron de la revolución en Lares el 23 de septiembre de 1868, fueron: Capá Prieto, por Mayagüez; Centro Bravo, en Lares; Lanzador del Norte, en Camuy; Lanzador del Sur, en Ponce, y, El Porvenir, en San Sebastián.

Esa noche, la del 23 de septiembre de 1868, cerca de mil personas marcharon hasta la Alcaldía de Lares tomando la misma y encarcelando al alcalde y al secretario municipal; de allí, a la plaza pública donde quemaron cientos de libretas de jornaleros y libros de contabilidad; posteriormente, proclamaron la República de Puerto Rico en la santa iglesia Católica de Lares, donde el párroco de la misma presidió un "Te Deum", en acción de gracias. Francisco Ramírez, se convertía en el primer presidente de la República de Puerto Rico.

Detalles del Obelisco en Plaza de la
Revolución de Lares. Foto del autor (2013)
Los que participaron de la gesta de Lares esa noche y la madrugada del 24 de septiembre de 1868 trasladados a San Sebastián, fueron campesinos, jornaleros, algunos profesionales, hacendados, libertos, entre otros. Estos grupos agobiados por los altos impuestos que cobraba tanto el estado como el municipio, se levantaron contra el régimen español. Su consigna era la de "libertad", según consta en las causas seguidas contra estos en Aguadilla.

El Grito de Lares no terminó esa noche y madrugada; dias y semanas tardaron las autoridades en apresar a varios de los participantes de Lares. Muchos de estos se internaron en la cordillera al oeste de Puerto Rico. Tal fue el caso de Carlos Elio Lacroix, entre otros.  Al gobierno español no le quedó otro remedio que suspender las causas contra los revolucionarios de Lares al entrar el año de 1870.

El Grito de Lares se convirtió en la conciencia del pueblo puertorriqueño. Allí denunciaban la opresión del sistema que por casi 400 años mantenía al pueblo de Puerto Rico sin libertades alguna. Celebremos esta gesta histórica.

Para más información les invito a buscar en las bibliotecas los siguientes textos:

Andrés Sánchez Tarniella, "El significado del Grito de Lares." En: Andrés Sánchez Tarniella, Obra completa, Tomo III. (San Juan, Puerto Rico: Ediciones Bayoán, 1997).

Ernesto Juan Fonfrias, El Grito de Lares: Símbolo de Puertorriqueñidad. (San Germán, Puerto Rico: Círculo de Recreo de San Germán, 1972).

Eugenio Fernández Méndez, El significado histórico del Grito de Lares. 3ra edición. (San Juan, Puerto Rico: First Publishing of Puerto Rico, 1998).

Francisco Moscoso, La Revolución Puertorriqueña de 1868: El Grito de Lares. (San Juan, Puerto Rico: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 2003).

Lidio Cruz Monclova, El Grito de Lares. (San Juan, Puerto Rico: División de Educación a la Comunidad e Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1968). (Libros para el pueblo).

José Pérez Moris, Historia de la insurrección de Lares. (Río Piedras, Puerto Rico: Editorial Edil, 1975). (Este libro apareció por primera vez en el año 1872).

Olga Jiménez de Wagenheim, El Grito de Lares: sus causas y sus hombres. (Río Piedras, Puerto Rico: Ediciones Huracán, 1986).

Revista Homines. Universidad Interamericana de Puerto Rico. "El Grito de Lares", edición especial, número extraordinario, Vols. 18 (julio 1994- 95); y 19 (núm. 1), (Julio 1995- enero 1996).  

lunes, 8 de junio de 2015

Una noche especial en la histórica catedral de Guayama

En la noche de ayer domingo, 7 de junio de 2015, se celebró en la Iglesia Católica de Guayama, una misa de celebración muy especial. Se trataba de un hijo guayamés que hace apenas una semana, fue ordenado sacerdote por el obispo de la Diócesis de Ponce, Mons. Félix Lázaro Martínez, me refiero a la ordenación del querido amigo el ahora P. Carlos Collazo.

La misa de celebración especial fue ante casa llena. A esa primera Misa Solemne de P. Carlos Collazo, vinieron compañeros sacerdotes desde pueblos tan distantes como Moca, en el área oeste de Puerto Rico, y desde otros pueblos que forman parte de la diócesis de Ponce, y de Humacao también. Fue una noche muy especial, de mucha emoción para P. Carlos Collazo, al ver que la ciudad que lo vio nacer y desarrollarse en sus calles, se convertía en uno de los siervos de Dios.

El don del sacerdocio es uno especial, y aquellos que han adoptado el mismo, han sentido un llamado especial del espíritu santo para servir a Dios, convencidos que pueden ser instrumentos de fe para aquellos que los necesiten en sus comunidades. El P. Carlos Collazo, desde joven, sintió esa vocación como su estilo de vida. De hecho, fue socio del Club Leo de Guayama, siendo uno de sus mas destacados presidentes. De ahí, esa vocación de servicio a los pobres, y el ejemplo de una comunidad dedicada al servicio, fue de suma importancia en la preparación vocacional de P. Carlos Collazo.

La histórica y mas que centenaria Iglesia de San Antonio de Padua de la Ciudad Guayama, dirigida por los Padres Misioneros Redentoristas, y por el amigo P. José Rached, sintió anoche que las oraciones para la vocación del sacerdocio no han sido en vano. Nos enteramos de otro joven guayamés que también cursa sus estudios en el Seminario Diocesano de Ponce, también va dirigido a esa vocación especial.

A P. Carlos Collazo, el pueblo católico, no lo dejó solo. Las palabras del padre que ofreció la homilia de la noche, fueron mas que atinadas, demostró que P. Carlos Collazo, tiene la fe y la fortaleza para emprender este nuevo camino que Dios que le ha llamado a seguir.

Mas que de celebración fue de júbilo en la Misa Solemne del P. Carlos Collazo. Allí llegó gente de Patillas, Arroyo, Salinas, y hasta de barrios distantes de Guayama: en fin, desde los rincones mas apartados de Guayama, de todas las clases sociales y de las autoridades municipales representadas por su alcalde Eduardo E. Cintrón Suárez, dijeron presentes al P. Carlos Collazo en su nueva misión evangelizadora.

Enhorabuena al amigo, al P. Carlos Collazo.

jueves, 28 de mayo de 2015

Ahora contra la escuela pública y sus estudiantes

No suelo utilizar este espacio para comentar sobre asuntos de gobierno, ni mucho menos, para comentar sobre actuaciones de funcionarios públicos; pero cuando la cosa no aguanta mas, hay que expresarse sobre los asuntos del país. Durante el día de ayer miércoles, 27 de mayo de 2015, el presidente del Senado de Puerto Rico, hizo unas expresiones públicas que toca muy de cerca a los estudiantes del sistema de educación que administra el Departamento de Educación de Puerto Rico. Las expresiones fueron en torno a que los estudiantes de escuela pública no son admitidos al sistema de la Universidad de Puerto Rico. Expresiones desarcetadas y equivocadas.

El presidente del Senado puertorriqueño dijo además, que los estudiantes que salen de las escuelas superiores pública del país, alegadamente desconocen la tabla de multiplicar del 9; además, de que no saben hacer ensayos ni escribir. Nuevamente, desacertado por completo. Desde que asumió el cargo de presidente de ese honroso cuerpo legislativo, el presidente lleva una campaña de descrédito en contra instituciones públicas del país; primero fue contra la Autoridad de Energía Eléctrica llamándole "monopolio vago", entre otros epítetos desde su banca en el Senado. Después de crear un enredo en dicha corporación pública que, hasta el día de hoy nadie entiende, la emprende contra el Departamento de Educación, los maestros, y lo que faltaba, contra los estudiantes.

Las expresiones vertidas por el senador popular son contrarias a lo que lo que nosotros los profesores universitarios adscritos a la Universidad de Puerto Rico conocemos. Tengo que decir a mi querido amigo- a quien conozco hace mas de 20 años- que los mejores estudiantes que he tenido en mis cursos en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, provienen de la escuela pública. Como ejemplo, entre todas las secciones de este pasado semestre- recién culminado- puedo señalar que mas del 60% de esa población estudiantil son producto de la escuela pública, y su calidad es incuestionable. No hay duda.

Otro ejemplo. La Universidad de Puerto Rico en Cayey, ofrece cursos universitarios a estudiantes que cursan en los grados 11 y 12 de escuela superior, y que cumplan con ciertos requisitos. Esos cursos los padres tienen que pagarlo, no cubre becas, y este año académico cerca del 75% de los estudiantes del programa, provienen del sistema público de enseñanza, de los municipios de Cayey, Aibonito, Guayama, Caguas, Patillas, entre otros, que adelantan sus créditos universitarios. Esos estudiantes en particular, son estudiantes de una calidad y excelencia que el presidente del Senado debe conocer, antes de hablar del sistema de educación pública de enseñanza. Para mas decir, los estudiantes del sistema público de enseñanza, tanto de este programa especial como los que entran en el semestre académico, son estudiantes que van de tú a tú con cualquiera; se esmeran, se esfuerzan, y logran adquirir conocimientos. Para mas decir, yo estudié en la escuela pública. Primero, en la escuela Segunda Unidad del Real de Patillas; luego, en la escuela María Dávila Semidey, en la escuela Intermedia Urbana (hoy Josefina Muñoz de Bernier) y en la escuela superior Cecilio Lebrón Ramos, también en Patillas.  Y a orgullo lo llevo. Tengo un doctorado de la Univeridad de Puerto Rico.
 
Fíjese amigo lector, todo producto del sistema público de enseñanza. Así hay muchos que en los últimos años provienen de la escuela pública y ya son médicos, doctores PhD, abogados, ingenieros, agrónomos y laborando en otras profesiones. Algo está haciendo bueno el sistema de educación pública que muchos ya son profesionales y son de los que se educaron en medio de las controversias y señalamientos hacia el sistema público de enseñanza.

Como la controversia lo creó el presidente del Senado, lo invito a que vea el resultado de los estudiantes. Una muestra: este año académico en el programa sabatino he tenido estudiantes (de escuela pública) que han competido en proyectos científicos en los Estados Unidos siendo reconocidos de excelencia y calidad; tengo estudiantes (de escuela pública) que han ido a Washington a representar a su escuela y han hablado ante cientos de personas exponiendo sus logros académicos (en inglés); he tenido estudiantes (de escuela pública) que han participado en concursos de oratoria y han sido reconocidos. 

Muchos de estos estudiantes (mas del 60 por ciento de estudiantes de escuela pública) fueron admitidos a diferentes recintos de la Universidad de Puerto Rico para este próximo año académico, siendo Cayey, el lugar donde mas admisiones hubo de esa clase en particular, a diferentes programas académicos. Pero, sepa usted amigo lector, que muchos estudiantes (del sistema público) fueron admitidos a la UPR Mayaguez a proseguir estudios en ingeniería en diversas manifestaciones; a Humacao (en el programa de Biología); a Río Piedras (en el programa de Ciencias Sociales, para luego proseguir estudios de Derecho); a Carolina, a Ponce, entre otros. De igual forma, los estudiantes de la escuela privada, también compiten y muchos fueron admitidos a la UPR; el Departamento de Educación brindó los datos (cerca del 43% frente a un 55% de estudiantes de escuela pública admitidos a la Universidad de Puerto Rico).

En fin, no se puede demonizar como se está haciendo desde la presidencia del Senado, a la escuela pública con el solo hecho de seguir una agenda de privatización. Ningún senador que haya ocupado esa silla se había atrevido en el pasado a demonizar a ninguna institución pública. Todo lo contrario, buscaban soluciones a los problemas del país.

A la defensa del presidente del Senado se unieron los senadores Vargas y Pereira, al consumir turnos en la sesión del Senado en el día de hoy. Bueno.

Me parece que las expresiones del presidente del Senado, debieron ser en el sentido de buscar consensos a los problemas que sufre el sistema de educación pública del país. Se reconoce que hay que mejorar en el sistema, pero demonizando a la escuela pública, a sus maestros y ahora a sus estudiantes, no se forja el futuro del país.

Mi consejo a todos los estudiantes de Puerto Rico (tanto de la escuela pública como de la privada) a demostrar que su país tiene otros derroteros. Y que apostamos a ellos.

Espero que esta reflexión pueda calar hondo en mi querido amigo presidente del Senado y que ayude a construir, no a destruir.

martes, 19 de mayo de 2015

El Festival de la Caña de Hatillo 2015

Los hatillanos son muy orgullosos de su historia. Durante el pasado fin de semana, 16 y 17 de mayo de 2015, celebraron el 15 Festival de la Caña, una actividad que sirvió para rememorar un pasado de nuestros pueblos. Este año, el comité organizador del festival, dedicó el mismo al municipio de Guayama, por ser uno de los municipios donde la industria sacarina tuvo gran auge.

El pasado domingo estuve presente en este encuentro puertorriqueño- hatillano- guayamés, y pude observar como la gente aún recuerda a esta industria. Durante el desfile de estampas de la época, pude apreciar la ingeniosidad de los participantes en cuanto a la forma de redescubrir esta industria y la importancia que el mismo tuvo para sus vidas. Pude conversar con gente que se me acercó a relatarme algún acontecimiento de la industria. Gente que trabajaron en algunas centrales azucareras, como por ejemplo, la Coloso en Aguada; la Roig en Yabucoa, y la Aguirre en Salinas. Historias personales de cuando la industria representaba su único sustento para si y sus familias.

Hatillo, municipio al norte de Puerto Rico, es uno de sus pueblos donde se respira un ambiente diferente. Su extensión territorial es enorme: desde la costa atlántica hasta los adentro colindantes con Lares; aunque no es el municipio de mayor extensión territorial en la Isla, de por sí, es una aventura explorarlo. Sus barrios son lugares preciosos. He tenido la oportunidad de recorrerlos y quedo impresionado por su belleza, de sus vegas extensas.

Por eso, Hatillo se le conoce como "Hatillo del Corazón". Su gente es inigualable. Por eso, el pasado sábado y domingo, los hatillanos se desbordaron en alegría y dieron muestra de lo que son capaces: para ello les aplica la frase: "recordar es vivir". 

Hatillo comunmente le conocemos como la "Capital de la industria lechera", por sus terrenos fértiles para la crianza de ganado para la producción lechera puertorriqueña. Desde tiempos pasado, dicha industria fue fundamental en la sobrevivencia del municipio. De ahí, es que se conoce su nombre de Hatillo, por la gran cantidad de hatos que se destinaban para la producción ganadera en la región.

Sin embargo, por ser el municipio uno de tierras fértiles, el 29 de junio de 1916 se estableció la Central Bayaney de Hatillo, en barrio del mismo nombre. La central tuvo como incorporadores a inversionistas locales, como fueron: Ramón García Lago, Fernando Ledesma, Restituto Blanco, Jesús González, Enrique Marín, Valentín López y José D. Rivera. La Central Bayaney, era una operación pequeña, de una molienda de apenas 3,000 toneladas de caña. No obstante, por las fotos y algunas composiciones de la central que vi en el desfile, la Central no tenía nada que envidiarle a las grandes corporaciones ausentistas en Puerto Rico, ya que contaba con tecnologías que competía con aquellas grandes corporaciones, como lo era, su molino y su chimenea. Uno de los problemas que confrontó la Bayaney lo fue el abastecimiento de agua para su operación diaria. Tal vez, esta fue el detonante para que la central cesara sus operaciones en el año 1922, moliendo ese año alrededor de 2,652 toneladas de caña en la central. Luego de ese años, las cosechas de caña de azúcar producidas en Hatillo se enviaba a la Central Los Caños de Arecibo para su procesamiento final.


A pesar de su corta duración, no deja de impactar la misma hoy día, ya que fue un esfuerzo de gran magnitud que realizaron estos visionarios en dotar a Hatillo de una empresa fabril de azúcares, que complementaría la producción hatera en el municipio.

Es por ello, que el pasado fin de semana, Hatillo vistió sus mejores galas para representarnos al país su adhesión y recuerdos de esta industria en su territorio municipal. A su vez, sirve esta actividad de educación a esas generaciones que se levantan hoy día y que conocen de la industria por los cuentos de sus abuelos y por lo que leen- de cuando en cuando- en los libros. Esta actividad se une al esfuerzo de compañeros historiadores de la industria, como el amigo Rafael Franco Vélez, quien anualmente organiza la Convención de la Caña y que el pasado año 2014 se efectuó la misma en Guayama y este 2015 en Guayanilla.

La actividad que comenzó el sábado en horas de la madrugada, con el corte de caña en una finca cercana al centro urbano, recuerda aquella época donde los trabajadores al son del gallo, se levantaban a laborar en las fincas.

Felicitaciones a los organizadores, al pueblo de Hatillo y a las autoridades municipales por estos magníficos recuerdos de una industria que fue importante en Puerto Rico.

Créditos foto de la Central Bayaney página de internet: Centrales azucareras de Puerto Rico (1873- 2007).

miércoles, 1 de abril de 2015

La Carta Circular y los cursos de Estudios Sociales

Me ha sorprendido mucho la nueva Carta Circular número 24- 2014- 2015 del Departamento de Educación del Estado Libre Asociado de Puerto Rico, donde se pretende consolidar el curso de Estudios Sociales con el curso de Español en los grados primarios del sistema educativo del país.

Entiendo que sería un grave error del Departamento de Educación, el realizar este tipo de acción. Sería atentatorio al quehacer educativo y desarrollo de los niños puertorriqueños. Siempre he pensado que los cursos de Historia patria deben ser prioridad para cualquier país. Un proyecto de país, debe incluir la enseñanza de nuestra historia y reafirmar, desde allí, los valores que encarnan a nuestra nación puertorriqueña.

A los niños puertorriqueños no se les puede esconder la historia de su país. Todo lo contrario, debe reafirmarse desde los grados primarios; que aprendan de dónde vienen sus raíces, cómo hemos sido como país, para de esa manera enfrentarse al futuro. Esa es la misión del estudio de la histora. Para poder educar con certeza, es necesario e imprescindible que nuestros educandos tengan los datos correctos, no solo de su historia patria, sino también, los que han forjados en sus respectivas comunidades donde se desarrollan.

Yo hubiese esperado esta acción de otro gobierno (el que no cree en la puertorriqueñidad), no de este.

Solo espero que el Departamento de Educación reevalúe esta acción y tome en cuenta los valores de nuestra historia patria y mantnga el curso de Estudios Sociales o de historia en los grados primarios, separado del curso de Español. El curso de Español deber ser reforzado para que el estudiante pueda dominar su idioma materno, y adquiera los conocimientos necesarios para enfrentarse a los retos de la vida. De esa manera podremos tener una educación de primera, y continuaríamos forjando a un pueblo con conocimiento y pensamiento histórico.

Es menester si queremos un verdadero proyecto de país.

martes, 6 de enero de 2015

Día de Reyes en Puerto Rico

Hoy es un día muy especial para el pueblo puertorriqueño.  Celebramos el Día de la Epifanía; es la fiesta cuando llegan los magos provenientes de oriente a adorar al niño Jesús, que había nacido en un portal en la ciudad de Belén.  Las escrituras nos hablan de tres magos que, viendo una estrella, muy luminosa en el cielo, era muestra de que las profecías de que el hijo de Dios había nacido, se habían cumplido. 

Lo celebramos el 6 de enero.  Y desde el día 5 de enero, las festividades en todo Puerto Rico son únicas.  Desde desfiles de los Tres Santos Reyes en los municipios repartiendo regalos, hasta los velorios de reyes en la tradición puertorriqueña, y las promesas de reyes.  Sobre este último se destacan varios alrededor de la Isla.  Las promesas de reyes son aquellas donde se pagan mediante promesas a los reyes, bien sean por salud, a algún bien material.  Muchas familias puertorriqueñas conservan esa tradición que vienen de sus atepasados.  Les puedo contar en la ciudad de Guayama varias que conozco: entre estas la familia Rodríguez en el barrio Corazón que han continuado con una tradición ya casi centenaria; y la otra, la realizada por la familia Pomales en la Urb. Hacienda, donde en ambos casos, se celebra la noche del 5 de enero en pago a un favor o concesión por medio de la intercesión de los reyes.

Es interesante estas promesas, ya que en las mismas se cantan o rezan los rosarios o hay trovadores cantando música alusiva a la festividad de los reyes.  Esta tradición también la podemos notar muy arraigado en las montañas de Puerto Rico.  Esa noche los invitados a la fiesta comen, beben y disfrutan en buena camaradería, que es parte de la idiosincracia puertorriqueña.

¡Que viva la tradición de los Reyes Magos en nuestra isla de Puerto Rico!  Al son del güiro, cuatro, pandereta y guitarra.  Son la tradiciones de mi tierra borincana.     

Feliz Año 2015

Estimados amigos.  Desde la Ciudad de Guayama, Puerto Rico, les extiendo un cordial saludo en este nuevo año 2015.  Es mi deseo que todos los sueños se puedan cumplir en este nuevo año.  Desde esta plataforma electrónica, de tiempo en tiempo, estableceremos nuestras opiniones sobre diversos asuntos de carácter históricos y del país.  Así que adelante en este nuevo año.

Cordialmente,

Dr. Alexis O. Tirado Rivera