jueves, 28 de mayo de 2015

Ahora contra la escuela pública y sus estudiantes

No suelo utilizar este espacio para comentar sobre asuntos de gobierno, ni mucho menos, para comentar sobre actuaciones de funcionarios públicos; pero cuando la cosa no aguanta mas, hay que expresarse sobre los asuntos del país. Durante el día de ayer miércoles, 27 de mayo de 2015, el presidente del Senado de Puerto Rico, hizo unas expresiones públicas que toca muy de cerca a los estudiantes del sistema de educación que administra el Departamento de Educación de Puerto Rico. Las expresiones fueron en torno a que los estudiantes de escuela pública no son admitidos al sistema de la Universidad de Puerto Rico. Expresiones desarcetadas y equivocadas.

El presidente del Senado puertorriqueño dijo además, que los estudiantes que salen de las escuelas superiores pública del país, alegadamente desconocen la tabla de multiplicar del 9; además, de que no saben hacer ensayos ni escribir. Nuevamente, desacertado por completo. Desde que asumió el cargo de presidente de ese honroso cuerpo legislativo, el presidente lleva una campaña de descrédito en contra instituciones públicas del país; primero fue contra la Autoridad de Energía Eléctrica llamándole "monopolio vago", entre otros epítetos desde su banca en el Senado. Después de crear un enredo en dicha corporación pública que, hasta el día de hoy nadie entiende, la emprende contra el Departamento de Educación, los maestros, y lo que faltaba, contra los estudiantes.

Las expresiones vertidas por el senador popular son contrarias a lo que lo que nosotros los profesores universitarios adscritos a la Universidad de Puerto Rico conocemos. Tengo que decir a mi querido amigo- a quien conozco hace mas de 20 años- que los mejores estudiantes que he tenido en mis cursos en la Universidad de Puerto Rico en Cayey, provienen de la escuela pública. Como ejemplo, entre todas las secciones de este pasado semestre- recién culminado- puedo señalar que mas del 60% de esa población estudiantil son producto de la escuela pública, y su calidad es incuestionable. No hay duda.

Otro ejemplo. La Universidad de Puerto Rico en Cayey, ofrece cursos universitarios a estudiantes que cursan en los grados 11 y 12 de escuela superior, y que cumplan con ciertos requisitos. Esos cursos los padres tienen que pagarlo, no cubre becas, y este año académico cerca del 75% de los estudiantes del programa, provienen del sistema público de enseñanza, de los municipios de Cayey, Aibonito, Guayama, Caguas, Patillas, entre otros, que adelantan sus créditos universitarios. Esos estudiantes en particular, son estudiantes de una calidad y excelencia que el presidente del Senado debe conocer, antes de hablar del sistema de educación pública de enseñanza. Para mas decir, los estudiantes del sistema público de enseñanza, tanto de este programa especial como los que entran en el semestre académico, son estudiantes que van de tú a tú con cualquiera; se esmeran, se esfuerzan, y logran adquirir conocimientos. Para mas decir, yo estudié en la escuela pública. Primero, en la escuela Segunda Unidad del Real de Patillas; luego, en la escuela María Dávila Semidey, en la escuela Intermedia Urbana (hoy Josefina Muñoz de Bernier) y en la escuela superior Cecilio Lebrón Ramos, también en Patillas.  Y a orgullo lo llevo. Tengo un doctorado de la Univeridad de Puerto Rico.
 
Fíjese amigo lector, todo producto del sistema público de enseñanza. Así hay muchos que en los últimos años provienen de la escuela pública y ya son médicos, doctores PhD, abogados, ingenieros, agrónomos y laborando en otras profesiones. Algo está haciendo bueno el sistema de educación pública que muchos ya son profesionales y son de los que se educaron en medio de las controversias y señalamientos hacia el sistema público de enseñanza.

Como la controversia lo creó el presidente del Senado, lo invito a que vea el resultado de los estudiantes. Una muestra: este año académico en el programa sabatino he tenido estudiantes (de escuela pública) que han competido en proyectos científicos en los Estados Unidos siendo reconocidos de excelencia y calidad; tengo estudiantes (de escuela pública) que han ido a Washington a representar a su escuela y han hablado ante cientos de personas exponiendo sus logros académicos (en inglés); he tenido estudiantes (de escuela pública) que han participado en concursos de oratoria y han sido reconocidos. 

Muchos de estos estudiantes (mas del 60 por ciento de estudiantes de escuela pública) fueron admitidos a diferentes recintos de la Universidad de Puerto Rico para este próximo año académico, siendo Cayey, el lugar donde mas admisiones hubo de esa clase en particular, a diferentes programas académicos. Pero, sepa usted amigo lector, que muchos estudiantes (del sistema público) fueron admitidos a la UPR Mayaguez a proseguir estudios en ingeniería en diversas manifestaciones; a Humacao (en el programa de Biología); a Río Piedras (en el programa de Ciencias Sociales, para luego proseguir estudios de Derecho); a Carolina, a Ponce, entre otros. De igual forma, los estudiantes de la escuela privada, también compiten y muchos fueron admitidos a la UPR; el Departamento de Educación brindó los datos (cerca del 43% frente a un 55% de estudiantes de escuela pública admitidos a la Universidad de Puerto Rico).

En fin, no se puede demonizar como se está haciendo desde la presidencia del Senado, a la escuela pública con el solo hecho de seguir una agenda de privatización. Ningún senador que haya ocupado esa silla se había atrevido en el pasado a demonizar a ninguna institución pública. Todo lo contrario, buscaban soluciones a los problemas del país.

A la defensa del presidente del Senado se unieron los senadores Vargas y Pereira, al consumir turnos en la sesión del Senado en el día de hoy. Bueno.

Me parece que las expresiones del presidente del Senado, debieron ser en el sentido de buscar consensos a los problemas que sufre el sistema de educación pública del país. Se reconoce que hay que mejorar en el sistema, pero demonizando a la escuela pública, a sus maestros y ahora a sus estudiantes, no se forja el futuro del país.

Mi consejo a todos los estudiantes de Puerto Rico (tanto de la escuela pública como de la privada) a demostrar que su país tiene otros derroteros. Y que apostamos a ellos.

Espero que esta reflexión pueda calar hondo en mi querido amigo presidente del Senado y que ayude a construir, no a destruir.

martes, 19 de mayo de 2015

El Festival de la Caña de Hatillo 2015

Los hatillanos son muy orgullosos de su historia. Durante el pasado fin de semana, 16 y 17 de mayo de 2015, celebraron el 15 Festival de la Caña, una actividad que sirvió para rememorar un pasado de nuestros pueblos. Este año, el comité organizador del festival, dedicó el mismo al municipio de Guayama, por ser uno de los municipios donde la industria sacarina tuvo gran auge.

El pasado domingo estuve presente en este encuentro puertorriqueño- hatillano- guayamés, y pude observar como la gente aún recuerda a esta industria. Durante el desfile de estampas de la época, pude apreciar la ingeniosidad de los participantes en cuanto a la forma de redescubrir esta industria y la importancia que el mismo tuvo para sus vidas. Pude conversar con gente que se me acercó a relatarme algún acontecimiento de la industria. Gente que trabajaron en algunas centrales azucareras, como por ejemplo, la Coloso en Aguada; la Roig en Yabucoa, y la Aguirre en Salinas. Historias personales de cuando la industria representaba su único sustento para si y sus familias.

Hatillo, municipio al norte de Puerto Rico, es uno de sus pueblos donde se respira un ambiente diferente. Su extensión territorial es enorme: desde la costa atlántica hasta los adentro colindantes con Lares; aunque no es el municipio de mayor extensión territorial en la Isla, de por sí, es una aventura explorarlo. Sus barrios son lugares preciosos. He tenido la oportunidad de recorrerlos y quedo impresionado por su belleza, de sus vegas extensas.

Por eso, Hatillo se le conoce como "Hatillo del Corazón". Su gente es inigualable. Por eso, el pasado sábado y domingo, los hatillanos se desbordaron en alegría y dieron muestra de lo que son capaces: para ello les aplica la frase: "recordar es vivir". 

Hatillo comunmente le conocemos como la "Capital de la industria lechera", por sus terrenos fértiles para la crianza de ganado para la producción lechera puertorriqueña. Desde tiempos pasado, dicha industria fue fundamental en la sobrevivencia del municipio. De ahí, es que se conoce su nombre de Hatillo, por la gran cantidad de hatos que se destinaban para la producción ganadera en la región.

Sin embargo, por ser el municipio uno de tierras fértiles, el 29 de junio de 1916 se estableció la Central Bayaney de Hatillo, en barrio del mismo nombre. La central tuvo como incorporadores a inversionistas locales, como fueron: Ramón García Lago, Fernando Ledesma, Restituto Blanco, Jesús González, Enrique Marín, Valentín López y José D. Rivera. La Central Bayaney, era una operación pequeña, de una molienda de apenas 3,000 toneladas de caña. No obstante, por las fotos y algunas composiciones de la central que vi en el desfile, la Central no tenía nada que envidiarle a las grandes corporaciones ausentistas en Puerto Rico, ya que contaba con tecnologías que competía con aquellas grandes corporaciones, como lo era, su molino y su chimenea. Uno de los problemas que confrontó la Bayaney lo fue el abastecimiento de agua para su operación diaria. Tal vez, esta fue el detonante para que la central cesara sus operaciones en el año 1922, moliendo ese año alrededor de 2,652 toneladas de caña en la central. Luego de ese años, las cosechas de caña de azúcar producidas en Hatillo se enviaba a la Central Los Caños de Arecibo para su procesamiento final.


A pesar de su corta duración, no deja de impactar la misma hoy día, ya que fue un esfuerzo de gran magnitud que realizaron estos visionarios en dotar a Hatillo de una empresa fabril de azúcares, que complementaría la producción hatera en el municipio.

Es por ello, que el pasado fin de semana, Hatillo vistió sus mejores galas para representarnos al país su adhesión y recuerdos de esta industria en su territorio municipal. A su vez, sirve esta actividad de educación a esas generaciones que se levantan hoy día y que conocen de la industria por los cuentos de sus abuelos y por lo que leen- de cuando en cuando- en los libros. Esta actividad se une al esfuerzo de compañeros historiadores de la industria, como el amigo Rafael Franco Vélez, quien anualmente organiza la Convención de la Caña y que el pasado año 2014 se efectuó la misma en Guayama y este 2015 en Guayanilla.

La actividad que comenzó el sábado en horas de la madrugada, con el corte de caña en una finca cercana al centro urbano, recuerda aquella época donde los trabajadores al son del gallo, se levantaban a laborar en las fincas.

Felicitaciones a los organizadores, al pueblo de Hatillo y a las autoridades municipales por estos magníficos recuerdos de una industria que fue importante en Puerto Rico.

Créditos foto de la Central Bayaney página de internet: Centrales azucareras de Puerto Rico (1873- 2007).